Leer | HECHOS 16.6-10
Dios
tiene el poder de abrir cualquier puerta. Sin embargo, Él puede
decidir que aquellas que nos parecen importantes sigan cerradas. ¿Por
qué permite el Señor que sea así?
• Por nuestra protección.
Él podría estar evitando que cometamos un error. Cuando actuamos por
nuestra propia cuenta, es posible que no tengamos el conocimiento
suficiente para tomar decisiones correctas.
• Por redirección.
Dios pudiera estar enviándonos por un camino nuevo. Su plan podría
incluir mayores oportunidades, una satisfacción más grande, más
productividad, un período de sufrimiento, o una oportunidad para
glorificar su nombre. El Señor cerró las puertas en Asia para que el
apóstol Pablo ministrara en el continente de Europa. Su obediencia
llevó al establecimiento de iglesias en Filipos, Tesalónica y Corinto.
Aunque Pablo experimentó muchos sufrimientos, también conoció el gozo
de participar en la obra de Dios.
• Para probarnos. Cuando Dios dice “No”, nuestra fe es probada, y descubrimos lo que creemos de Él y sus planes.
• La perseverancia.
Cuando las puertas se cierran, tenemos la oportunidad de desarrollar
tenacidad. Romanos 5.3-5 nos dice que debemos “gloriarnos en las
tribulaciones”, por los resultados positivos que el Señor producirá por
medio de ellos.
•
El tiempo correcto. A veces, nuestro Padre celestial pone señales de
alto en nuestro camino para hacer su voluntad en el tiempo perfecto.
• La desobediencia. La rebeldía en el pasado puede afectar las experiencias y las bendiciones futuras.
Cuando una puerta se cierre, espere en el Señor y pregúntele cuál es su propósito. www.encontacto.org
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