Leer | Nehemías 8.1-8
Los
preceptos de la Biblia nos enseñan cómo vivir en santidad. Sin
embargo, para recibir las enseñanzas de Dios, tenemos que aprender a
escucharlo por medio de su Palabra.
En
los días de Nehemías, los israelitas que ayudaron a reconstruir el
templo eran buenos oyentes. Después de trabajar juntos para restaurar
el muro de la ciudad, le pidieron a Esdras, el escriba, que les leyera
los rollos que contenían las leyes de Dios.
La
lectura duró varias horas, durante las cuales el pueblo estuvo de pie
escuchando con atención al escriba mientras leía. Estaban concentrados
en comprender lo que había sido escrito en la ley de Moisés.
Los
rollos estaban escritos en hebreo, y para aquellos israelitas el
arameo era el idioma que hablaban pues habían estado cautivos en
Babilonia. Pero se habían reunido con el propósito de conocer el
carácter de Dios y obedecer su plan. Por esta razón, los levitas
traducían de modo que el pueblo entendiera la lectura (cf. v. 8).
Mientras
Esdras alababa al Señor, los corazones de las personas fueron
transformados. La acción de gracias y la humildad les prepararon para
recibir de Dios. Se inclinaron en gratitud por el privilegio de
escuchar las Sagradas Escrituras.
Necesitamos
entender qué agrada al Señor para que podamos obedecer su plan. Eso
significa que debemos ser buenos oyentes que desarrollen mayor
humildad, atención, gratitud y celo por Él. A medida que aprendamos,
debemos estar dispuestos no solo a compartir la Palabra de Dios con
otros, sino también a explicárselas para que puedan conocer al Señor y
obedecerle. www.encontacto.org
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